Dice que sus 70
años los ha vivido entre vacas. Nació en Entrerríos, un poblado incrustado en
las montañas del norte de Antioquia. En esa región, su padre tenía dos fincas
con unas 40 reses. Antes
de irse a la escuela, Jenaro ayudaba a ordeñar una vaca que su mamá mantenía a
pocas cuadras de la casa para la leche diaria. A la muerte de su papá recibió
de herencia una finca. Luego les compró las reses a su mamá y a un hermano. Hoy, Pérez Gutiérrez tiene 750
cabezas de ganado en dos fincas de Santa Rosa de Osos y Belmira. Allá
experimenta con nuevas razas. Así sacó un animal negro y grande, para vender
por kilos, al que bautizó F-1.
Es Médico veterinario
y zootecnista, Jenaro Pérez se ha desempeñado como secretario de Agricultura de
Antioquia, director del Centro de Diagnóstico Veterinario del Instituto
Zooprofiláctico Colombiano, catedrático de la Universidad de Antioquia y
concejal de Medellín. La consigna que lo ha identificado es "hago todo lo
que deba, aunque deba todo lo que haga".
A su llegada
en 1973 a la cooperativa, que ya había sufrido tres quiebras y afrontaba una
grave crisis y un panorama incierto, Pérez propuso al Consejo de Administración
el montaje de una planta de concentrados, pero los asociados deseaban una
pasterizadora de leche, sueño que se alcanzó el 25 de julio de 1976, cuando se
vendieron los primeros 3.000 litros de leche pasterizada.
Otras de las
propuestas iniciales del gerente, fueron cambiar el nombre de Coolechera,, como
se llamaba la entidad, por Cooperativa Lechera de Antioquia (Colanta), y se
definió que el objeto de la institución era la compra, pasteurización y venta
de la leche captada a asociados y productores.
Pérez Gutiérrez
no solo habla de vacas sino que compra compulsivamente figuras de esos
animales. Las tiene de porcelana, plástico, yeso, peluche... Y en todas las
posiciones imaginables... sentadas, riendo, pastando, pariendo. Además, las
lleva dibujadas en más de 30 corbatas. Es tan incisivo con el tema que
algunos de sus amigos dicen que por las venas de este empresario no corre
sangre, sino leche. Esa
posibilidad no es lejana pues se toma casi dos litros diarios. Las vacas dominan los muros y
la biblioteca. De las paredes cuelgan ocho cuadros de ganadería pintados al
óleo. En los entrepaños de madera, detrás del escritorio, en lugar de libros,
hay figuras de vacas. Las
personas que lo conocen aseguran que al gerente de Colanta es mejor no
invitarlo a una boda porque termina hablando de vacas hasta con la novia.
En 2013 COLANTA
firmó un patrocinio para ubicar su logo en el equipo paisa Deportivo
Independiente Medellín.